Está libre y sigue su vida como si no hubiese pasado nada
Sebastián Villa en el juicio junto a su abogado.
El fútbol es un deporte que, por desgracia, está ligado directamente con la violencia, ya sea psicológica, verbal o física. Cada vez esta actividad se involucra más con estos hechos, pero no solo es el deporte sino también los jugadores que aplican la violencia en sus parejas y familias lo cual me lleva a pensar si el problema es el deporte o los que se dedican a él.
Por eso, traigo el caso más conocido de estos últimos meses, que es el del jugador de Boca, Sebastián Villa, acusado de abusar de su ex novia, pero no es la única causa que tiene ya que tiene otra por violación a otra mujer. La primera, lo había acusado en el 2020 por golpes y amenazas, y un año después, lo denunció por violencia de género, abuso sexual e intento de homicidio. Es algo muy grave tener que llegar a este punto y esperar casi dos años para un juicio que debería ser instantáneo, ya que, en ese tiempo de “espera”, la situación podría haber pasado a mayores.
No obstante, el problema de esto es que el club cubrió al jugador desde que se realizó la denuncia hasta el momento de declarar. Lo que más bronca generó fue que Villa siguió jugando en Boca hasta un día antes del juicio y en el partido, se sacó la tan famosa foto que los jugadores se sacan antes del encuentro y este cartel era de “Ni una menos”, acto que generó un total repudio en la audiencia. El juicio fue triste. Dos años y un mes de prisión, lo cual es excarcelable, pero hay una mínima esperanza de que la causa de la otra mujer lo lleve directamente a la cárcel.
El club del acusado, espero hasta luego de la condena para tomar cartas en el asunto, algo que nos enoja a todos porque yo puedo entender que era un jugador importante, pero ¿llegar al punto de cubrirlo y dejar que siga jugando sabiendo que tiene dos denuncias por violencia de género?. Es terrible y doloroso para las ex parejas que no pueden seguir con sus vidas en paz porque hay un tipo suelto que las agredió, está libre y sigue su vida como si no hubiese pasado nada. Es una falta de respeto.
Por eso hay que tomar conciencia de lo que estamos pasando las mujeres. Estamos a la merced de cualquiera que pase por al lado nuestro. Un hombre no tiene el derecho de hacerte daño porque él quiere, y la Justicia necesita de más personas justas, que sepan hacer su trabajo y que por tener un puesto más alto, no se crea que es el que manda.
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